lunes, 7 de diciembre de 2009

Testículo



En el bovino los testículos están colocados en al región inguinal, en posición vertical. Presentan una forma oval, bastante alargada, de alrededor de 10 a 15 cm de largo y 5 a 8,5 cm de diámetro. Su peso se estima individualmente en 250a 300 g y en conjunto unos 500 g (Hafez, 1989). El tamaño del testículo depende de la edad, de la raza y del desarrollo corporal. Se estima aproximadamente en un 0,09% del peso vivo del animal (Salisbury y Vandermark, 1978). Su eje longitudinal es vertical, y sus funciones pueden resumirse en:

a) Producción de espermatozoides (EZ) o espermatogénesis
b) Producción de andrógenos

En los animales mamíferos, escroto se ubica entre los muslos y encierra a los testículos. Debido a su inserción pendulosa sirve para mantener a los mismos a varios centígrados menos que la temperatura corporal. Si no fuese así, la alta temperatura abdominal alteraría la espermatogénesis, y volvería al animal temporariamente subfértil.

La superficie testicular está recubierta por una fina lámina, la túnica vaginal propia. Ésta se extiende por encima de una capa fibrosa llamada túnica albugínea, que envuelve todo el parénquima testicular y es la responsable de su forma ovoidea que lo caracteriza.

El parénquima testicular está contenido dentro de esta fuerte cápsula y presenta una turgencia que se aprecia a la palpación. Esta turgencia se debe en parte a fibras de musculatura lisa, que en escasa cantidad aparecen dentro del tejido fibroso de la túnica albugínea. Una parte de esta última se hunde hacia el centro del parénquima del órgano formando una cinta de tejido conjuntivo esponjoso, el mediastino testicular. Desde éste irradian periféricamente los tabiques que lo dividen en lóbulos, que en el caso del toro no están completamente formados, pero que en otras especies animales son muy desarrollados.
El parénquima testicular está formado principalmente por los túbulos seminíferos (90% del órgano). Estos son convolutados, cilíndricos, y están estrechamente unidos de manera tal que dejan entre sí sólo pequeños espacios de tejido intersticial. Se anastomosan hacia el centro y se tornan rectos, y luego se anastomosan formando una red (rete testis) a partir de la cual emergen los conductos eferentes atravesando la túnica albugínea. Se reúnen en un número de 10 a 15 y dan lugar de esta manera al epidídimo.

En un corte transversal del túbulo seminífero podrá observarse, desde la pared hacia la luz de los mismos, una membrana basal, rodeada de células mioides, que actúa a modo de barrera hemato-testicular; las células de sostén o Células de Sertoli y las células germinales en sus distintos estadios, ubicadas entre los citoplasmas de las anteriores. Las espermátides y los espermatozoides se ubican con sus colas hacia la luz de los túbulos.

Las células de Sertoli poseen el citoplasma extendido, de forma piramidal, y sostienen el epitelio germinativo constituyendo el armazón del túbulo seminífero. Descansan sobre la membrana basal y se adosan unas a otras por especializados complejos de unión que se localizan en la porción basal de las células y evitan que los diferentes estratos celulares penetren en la luz del túbulo, a menos que lo hagan a través del citoplasma de las células. Las células de Sertoli, amén de sus funciones de sostén, son necesarias para la nutrición de las células germinales a medida que se desplazan desde la membrana basal hacia la luz del túbulo.

Los espacios intersticiales contienen vasos sanguíneos y linfáticos, ramas de nervios y células de Leydig. Éstas son las responsables de la producción de testosterona, la cual es secretada activamente desde la vida fetal, cayendo a niveles muy bajos o bien cesando al momento del nacimiento para reanudarse nuevamente a los 4 o 5 meses de edad de los animales.

Esta hormona es sintetizada desde el colesterol sanguíneo, o bien a partir del acetato de la misma célula. De esta manera se forma la pregnenolona en la mitocondria y posteriormente diferentes vías pueden seguirse hasta la final transformación en 5-alfa-dihidro-testosterona.

Este mecanismo de síntesis es regulado por la hormona luteinizante (LH) hipofisaria, cuya liberación es inhibida por altas concentraciones de testosterona, en un mecanismo de feed-back negativo.

El flujo arterial es enfriado a medida que desciende por el cordón espermático por numerosas venas pequeñas, las que en su conjunto forman el llamado “Plexo Pampiniforme”. Una vez que la arteria penetra en el testículo, corre a lo largo de su borde posterior hasta alcanzar el polo caudal del mismo. Desde allí se dirige hacia el borde posterior y comienza a ramificarse; las pequeñas arterias penetran en el parénquima del órgano y alcanzan el mediastino testicular.

De esta manera, el cordón espermático actúa como refrigerante, intercambiando temperatura en la forma de un verdadero mecanismo de contracorriente.

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